en el tema de botas, yo tengo unas de touring y otras de offroad puro y duro. Ni color. Las de off son la releche de botas. Tienen más años que cascorro. Han vadeado ríos, han sufrido barros, aguas, charcos, tierra y polvo. Algunas veces había que tirarles con manguera antes de empezar a limpiarlas para soltar el barro seco. Ahí están, viejas, pero unas botas de categoría. Creo que son Sidi.
Desde que me pasé a motos de carretera y me son incómodas, dejé de usarlas, pero casi que me entran ganas de volver a tener una trail para volvérmelas a poner. Les cambié la suela por una Vibram porque la bota era una bota de verdad, de las que se podía desmontar y volver a montar en un zapatero bueno. Ahora vienen con esas suelas superbonitas que suben por los lados y van encoladas, que serán muy cómodas pero no aguantan la tralla que le puedas meter a una suela de verdad, cosida, por supuesto. De hecho en mi reciente accidente con las de carretera, el otro día ví que me había arrancado parcialmente la suela en el arrastrón. No rota, sino despegada. Las suelas han de ir cosidas, que siempre aguantan más que pegadas. Siempre. Y la cola se pasa, así que con el tiempo, el hilo también dura más. Una bota offroad es muy dura, muy rígida, más incómoda si quieres, pero si es buena, se arregla metiendo sesiones de engrasado, siempre y cuando no vayan pintadas y, de tener color, que sean teñidas. La piel bien nutrida se reblandece, se hace a tu pie y te olvidas, pero no siempre van a aceptar la torsión del ángulo que tobillo que necesite tu moto según la altura de los estribos.