La adopción de llantas de radios para las motos de trail o para usos similares es debido a la necesidad de contar con una seguridad que a nivel de llantas, una del tipo "macizo" no puede ofrecer:
Las llantas de radios se adaptan a una utilización muy sever, en grado extremo ya que su estructura es capaz de soportar los golpes laterales y longitudinales a que se verá sometida en su utilización. Un golpe que afecta la llanta, aún cuando cuenta con la protección del neumático, es una onda de choque que recorre toda la estructura de la llanta la cual rompería limpiamente en el caso de llanta maciza pero en la de radios no pasaría por un radio doblado, roto o estirado.
La llanta maciza se ve amenazada por un simple bache profundo porque su estructura y material no son apropiados para absorver ese trabajo de deformación. Por eso rompería en pocos Km de pista.
La llanta de radios tiene una elasticidad calculada que le permite recuperarse de un golpe antes de que termine de dar una vuelta completa.
Es mejor quedar con la llanta doblada que rota, sin opción a salir del apuro.
No se quiere decir con esto que una llanta maciza sea menos segura pero su servicio se dará en firmes regulares y lisos, donde la rigidez estructural juega un papel más decisivo que en el caso de la llanta para moto de pista.
Es curioso comprobar como incluso en las bicicletas de competición por carretera, la llanta de radios no se ha visto superada por la maciza a pesar de las experiencias con nuevos materiales ligeros que necesitan una estructura mas gruesa y acaban por pesar lo mismo que una convencional de radios a cambio de ofrecer una seguridad igual que la de radios.
La reparación de una averñia en uno o varios radios es casi siempre posible pero en una llanta maciza solo cabe la sustitución.
La elasticidad que necesita una rueda de radios está garantizada por el material de fabricación del radio que es capaz de estirarse sin acusar fatiga. Una rueda, contrariamente a lo que parece a simple vista solo trabaja en su parte que queda por encima de su centro: En el caso de un neumático, fijémonos en la deformación de su parte baja bajo el centro y en contacto con el firme; parece que esté aplastado por el peso pero la realidad engaña porque la parte "activa" del neumático y por extensión, de la rueda, es su parte alta. Ejemplo: los radios de la bicicleta que están bajo el centro están en completo reposo sin soportar presión alguna sin embargo, los radios de la parte superior si que están en tensión porque el peso de la bicicleta y del ciclista tiran hacia abajo y mantienen en tensión los radios superiores. Lo mismo pasa con el neumático que debe su rigidez a que la presión de aire interior ha puesto en tensión su estructura permitiendo que todo el peso se cargue colgándose literalmente desde la parte superior de la llanta la cual, a su vez, se cuelga del neumático tensionado. Al inflar un neumático que no tenía aire y estaba montado enuna rueda vemos como se levanta a medida que insuflamos aire... no es que el aire bajo la llanta empuje hacia arriba sino que, es la tensión del neumático la que eleva la parte superior del neumático que a su vez, eleva la llanta.
A una pregunta de este tema respecto a que en caso de duda es mejor llevar algo por encima la presión es correcto, es mejor pecar por un poco de exceso que por defecto. El exceso no influye negativamente en la integridad constructiva del neumático pero una falta de presión puede acabar destrozando el estratificado interno del neumático.
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