Coche de culto con múltiples errores de diseño y claramente submotorizado.
En unidades mal mantenidas es conocido su "Death Valley", una concavidad entre los cilindros que se acaba llenando de porquería y acaba corroyendo las líneas de engrase.
Chasis endeble y propenso a la oxidación.
Piezas de repuesto muy muy caras.
Acabados pobles, tornillería barata y pletinas chapuceras por doquier.
Se cotizan en torno a los 30.000, ejemplares completos no funcionales, hasta 60.000 o lo que quieran pedir.
Si tuviese la pasta, me compraría uno sin pensármelo
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