Vamos a ir un poco por partes, como decía Jack el Destripador: muchos de los problemas de adormecimiento de manos son evitables o mejorables por técnica de conducción, posición de manillar y manetas y por postura de conducción. Si no se corrigen vicios o hasta creemos que no lo son, se provocan lesiones crónicas. Hace un tiempo era consciente de estos problemas por casos cercanos, pero de un tiempo a esta parte ando dando clases de conducción segura y lo del agarrotamiento de manos es un mal bastante más común de lo que creía. Vamos, casi una epidemia. Algunos desde las uñas hasta el codo.
Empecemos con la posición de las manetas: Deben estar alineadas con el antebrazo, es decir, en línea con la prolongación del hueso que va desde el codo a la muñeca. Si está más alta o más baja, provocaremos una torsión mala de la muñeca y nos cansaremos una barbaridad. Ah, y cuando más horizontal tengamos el antebrazo, mejor. El empuje del manillar será en el ángulo adecuado para dar las curvas.
Un error demasiado común es conducir muy agarrado a los puños, como si los exprimiéramos. Mal. La mano izquierda no tiene que hacer apenas fuerza y la derecha, sólo la justa para que no se nos escurra el acelerador. Y no sólo por las lesiones y adormecimientos. Si apretamos los puños es que estamos con los brazos tensos y entonces las curvas se nos complican, porque nos peleamos con la dirección, especialmente cuando no eres consciente de estar usando el contramanillar o ni sabes lo que es y lo importante que es para girar la moto a partir de 25km/h. Apretar habitualmente los puños con exceso provoca espachurrar el túnel metacarpiano y mucha gente tiene que dejar la moto o pasar por quirófano. Una buena costumbre para aligerar brazos es sujetar nuestro cuerpo con las rodillas, especialmente en las frenadas, y más especialmente cuando las frenadas son para adecuar la velocidad a una curva. Si no lo hacemos, el peso del cuerpo acabará en las muñecas, perderemos sensibilidad, apretaremos más y la curva se nos atragantará más. Un desastre. Algunos habéis mencionado que os pasaba más al principio de ir en moto, pero con el tiempo dejó de ocurrir. Eso se debe al estrés de conducir cuando se es novatillo. Cuando se va el estrés dejamos de ir tensos y aprentando la moto y las cosas empiezan a ser más normales.
Tema invierno: en invierno ocurren varias cosas de las ya mencionadas y se suman a las de "temporada". Llega el frío y nos ponemos guantes de invierno. COmo perdemos sensibilidad en las manos por el mayor grosor de los guantes, apretamos más y más. Los dedos se espachurran, el riego sanguíneo va peor, llega menos calor a los dedos, tenemos más frío, se entumecen las manos por falta de riego, hormigueos, sin riego llega menos sangre, tenemos más frío, menos sensibilidad, apretamos más, empeoramos la situación... el desastre, no sabemos ni si estamos suficientemente agarrados, pero nos cansamos horrores. ¿solución? unos guantes que no nos aprieten mucho sin llegar a provocar arrugas, no apretar las manos, y si es para trayectos largos, usar algo tipo Crumpbuster, que va fenomenal para no apretar ni el puño derecho. Consecuencias: menos frío, menos hormigueos, aguantamos más tiempo conduciendo sin cansarnos y nos peleamos menos con la moto en las curvas.
Por cierto, por si te sirve de ayuda, yo estoy operado de cervicales C5-C6 tras un fuerte golpe con la cabeza -con casco- contra unas vallas de obra, gracias a un empanao que se saltó un stop. Tuve parestesias (que se me dormían las manos) en ambos brazos desde los hombros. Empezaron a los 17 días del accidente. Si me pasaba de día empezaban con el meñique y el anular y poco a poco pasaban a toda la mano, y el brazo. Si levantaba más de 4Kg seguro que me pasaría a lo largo del día y si me pasaba de noche, como no notaba los hormigueos, se me acababan de dormir los brazos enteros, motivo por el que acabé operándome y ahora llevo un herraje estupendo con 4 tornillos que impiden el movimiento de esas vértebras. Se acabaron las parestesias y las molestias, además de que vuelvo a poder levantar peso sin problemas y tener plena confianza en mi cuello. No tengo diabetes ni fumo. Corregir las cosas que he nombrado al principio me sirvió de gran ayuda para evitar que me ocurrieran estos problemas, pero noto que mucha gente sin lesiones graves también las tienen, así que deben hacer muchísima fuerza en los puños y tensar los brazos como para cansarse hasta entumecerse y sentir hormigueos y demás síntomas que he leído. Ahora bien, todo lo que he comentado puede aliviar síntomas, pero si ya hay lesión, habrá que tratarla.
Sesar, si quieres pasarme el test, te lo relleno con mucho gusto.