Zarigüeyas curiosas.
Dos zarigüeyas australianas, también conocidas como zarigüeyas cola de cepillo, se asoman desde su escondite bajo del techo de la ducha portátil de un camping en Yallingup, Australia Occidental. Gary las había observado toda la semana. Aparecían al atardecer, vigilaban a los campistas hasta el anochecer, y luego salían por el hueco y se dirigían a los árboles para alimentarse de sus hojas. Estos marsupiales pequeños se refugian en los huecos de los árboles de los bosques australianos, pero en áreas más urbanas pueden usar los espacios más inesperados como este. Para obtener el ángulo correcto, Gary acercó su automóvil al cubículo y se subió al techo de este. Las curiosas zarigüeyas, probablemente acostumbradas a ser alimentadas por otros campistas, asomaron la cabeza y miraron al hombre y su cámara con curiosidad. Rápidamente el fotógrafo enmarcó sus caras bajo el techo de hierro consiguiendo una instantánea que capturaba a su vez su vulnerabilidad e ingenio.
Foto: Gary Meredith.
Dos zarigüeyas australianas, también conocidas como zarigüeyas cola de cepillo, se asoman desde su escondite bajo del techo de la ducha portátil de un camping en Yallingup, Australia Occidental. Gary las había observado toda la semana. Aparecían al atardecer, vigilaban a los campistas hasta el anochecer, y luego salían por el hueco y se dirigían a los árboles para alimentarse de sus hojas. Estos marsupiales pequeños se refugian en los huecos de los árboles de los bosques australianos, pero en áreas más urbanas pueden usar los espacios más inesperados como este. Para obtener el ángulo correcto, Gary acercó su automóvil al cubículo y se subió al techo de este. Las curiosas zarigüeyas, probablemente acostumbradas a ser alimentadas por otros campistas, asomaron la cabeza y miraron al hombre y su cámara con curiosidad. Rápidamente el fotógrafo enmarcó sus caras bajo el techo de hierro consiguiendo una instantánea que capturaba a su vez su vulnerabilidad e ingenio.
Foto: Gary Meredith.