Solitaria
Curveando
Me ha gustado este escrito de Matthew Brit
En Losail vivimos de nuevo una emocionante batalla de Moto3™ ganada por Alexis Masbou por apenas unos centímetros en la línea de meta.
También la primera victoria de Jonas Folger en una carrera de Moto2™ que tuvo todos los ingredientes de un buen drama, seguida poco después en MotoGP™ por la impresionante victoria 109 de la trayectoria de Valentino Rossi que el propio italiano ha descrito como una de las mejores de su vida.
Para un país que se ha acostumbrado a un imparable éxito en el Campeonato del Mundo, el comienzo de temporada en Qatar será difícil de olvidar.
Por primera vez desde el Gran Premio de China en Shangai hace casi diez años, el talento español no ha estado en ninguno de los nueves escalones del podio.
Incluso tendrías que remontarte a la temporada 2003 para no encontrar ningún español en el podio de la prueba inaugural de la temporada.
Nadie podía predecir que en el podio de Qatar no estuviera por lo menos Marc Márquez, Jorge Lorenzo o Dani Pedrosa.
Comencemos con el Campeón del Mundo en título…
El desafío de conseguir una vigésima victoria en la categoría reina se esfumó por 15 segundos en la carrera. Márquez se veía obligado a salirse de la pista para evitar el choque con la parte trasera de la Monster Yamaha Tech 3 de Bradley Smith al negociar la primera curva.
Hundido en vigésimo quinta y última posición, su ya conocida agresividad le llevó a realizar una remontada con 20 adelantamientos para terminar quinto.
Dar caza a los cuatro primeros pilotos era ya una tarea demasiado complicada, incluso para Márquez. Su impresionante remontada a lo largo de todo el pelotón de carrera le llevó a maltratar sus neumáticos Bridgestone y, habiendo sobrecalentado el trasero, tuvo que renunciar a alcanzar a los primeros cuando estuvo a punto de sufrir una caída a tres vueltas del final. Once puntos por terminar quinto son, con toda seguridad, mejores que nada.
Esa decisión mostraba por primera vez una cara distinta de Márquez. En el pasado, hubiera continuado intentando cogerles sin precaución alguna y la aventura probablemente habría terminado en la grava. Son palabras suyas, no mías.
Márquez tiene ahora una perspectiva más amplia del Campeonato, más allá de un mero momento de gloria. Su manager Emilio Alzamora me contaba durante los test de invierno que la clave para que Márquez consiga un tercer título consecutivo es aceptar que, a veces, un segundo, un tercero o una posición peor, es suficiente.
En Qatar fue algo difícil de aceptar, admitía Márquez, pero al menos limitó los daños por su temprano error.
Si los problemas de Márquez los provocó él mismo, los de Lorenzo arruinaron una posible victoria en extrañas circunstancias.
El piloto de Yamaha parecía cómodo liderando la carrera, cuando de repente comenzaba a perder terreno.
Tras quejarse de sus problemas de agarre trasero durante todo el fin de semana, era fácil asumir que estaba volviendo a pasarlo mal para mantener su ritmo con el neumático trasero degradado.
Pero nadie podía imaginarse a pie de pista o a través de las pantallas de televisión que el verdadero problema era… ¡que no podía ver bien!
Al parecer, una parte del acolchado interior de su casco HJC comenzó a desprenderse, dificultando así su visión.
Con posterioridad las imágenes mostraban claramente cómo de restringida había quedado su visión, por lo que bastante bien lo hizo ya terminando tan cerca de los hombres del podio.
Imagino que a los responsables de Yamaha les llamaría la atención lo que pasó. Esta temporada la marca japonesa conmemora su 60 aniversario y, ¿qué mejor forma de comenzar la temporada de MotoGP que con un doblete de sus pilotos?
El responsable de Yamaha Lin Jarvis comentaba después de la carrera: “Ducati tiene todo mi respeto porque han tirado realmente fuerte, pero el doblete estaba ahí…”
Sin embargo, los males de Lorenzo podrían parecer triviales en comparación con los de su rival de Repsol Honda, Dani Pedrosa.
Un protector interno de un casco se puede reparar, pero conseguir lo mismo con el cuerpo de Pedrosa es algo que todavía está por ver.
Con un brillante segundo puesto en parrilla después de una sólida demostración, era imposible imaginar el tormento de dolor que le acompañaría durante la carrera para terminar en una discreta sexta posición.
En una emotiva declaración después de la carrera el piloto confesaba que los problemas que sufre en los antebrazos y que lleva más de un año intentando solucionar, todavía limitan su rendimiento.
Los problemas crónicos en los brazos asustan a cualquier piloto, y no poco porque no tienen aparente solución.
¿Qué le espera ahora a Pedrosa?
Su presencia en la próxima carrera en Austin perece altamente improbable. El Circuito de las Américas tiene una serie de puntos de frenada brutales y también resulta muy exigente en sus rápidos cambios de dirección que le expondrían de nuevo a los mismos problemas.
Algunos opinan que Pedrosa se tomará un periodo de descanso para intentar recuperarse de un problema que no podría solucionar sometiéndose de nuevo a cirugía.
Sin embargo, ya ha contado con gran parte de los cinco meses del periodo entre temporadas y de nuevo ha tenido el mismo problema. En realidad, este problema ya estaba presente durante los test de pretemporada, pero lo mantuvo en secreto excepto para HRC.
Otro creen que se verá obligado a la retirada, al tiempo que en su propio blog a través de Repsol confesaba esta mañana que tomará esa decisión durante los próximos días.
Esta última entrada del blog se publicaba bajo el titular: “Un Momento Difícil”.
Pedrosa ha sido víctima de las circunstancias a lo largo de los años. Lideraba la clasificación del Campeonato del Mundo de 2008 y 2013 cuando sufrió sendas lesiones. En ambas ocasiones las caídas llegaron en Sachsenring (Alemania) y le dejaron fuera de la lucha por el título.
Otras temporadas también han estado fuertemente condicionadas por las lesiones. En 2011 contaba de nuevo para el título cuando sufrió su desafortunado encuentro con Marco Simoncelli en Le Mans, que se saldó con una nueva fractura en su clavícula izquierda.
Este momento llegó sólo unos meses después de su caída durante la temporada 2010 en Japón, cuando se encasquilló el acelerador de su moto en entrenamientos y también le hacía quedar fuera de las quinielas.
Pedrosa ha demostrado sobradamente durante su trayectoria que puede pilotar con el mayor de los dolores y recuperarse de lesiones que acabarían con la determinación de cualquiera.
Pero ahora debe estar mentalmente afectado, preguntándose si será capaz de pilotar al más alto nivel de nuevo.
Las actuales motos de MotoGP resultan físicamente más exigentes que nunca. Pesan 158 kilos y entregan una potencia de 270 CV. En Qatar, Pedrosa y el resto de los pilotos estaban frenando a 350 km/h para entrar en la primera curva a 95 km/h. Eso es reducir 255 km/h… ¡en menos de 200 metros!
La fuerza física que requiere esta maniobra resulta incomprensible para un simple mortal como yo, pero sí es una prueba de lo exigentes que resultan estas motos para el cuerpo humano.
Pilotar al 99.9% es una misión difícil, pero hacerlo en las condiciones en que lo hizo Pedrosa con sus problemas en el brazo derecho se eleva a la categoría de imposible.
El hecho de que el piloto de Honda terminase sexto la carrera de Qatar es una prueba no sólo de su talento, sino también de su determinación por tener éxito incluso en las circunstancias más adversas. Habría resultado extremadamente cruel para él tener que abandonar.
Desde su segunda temporada en el Campeonato del Mundo en 2013, Pedrosa ha ganado al menos una carrera cada temporada.
Sin embargo, el título de MotoGP™ todavía es una asignatura pendiente para él. Como el padrino de boda que nunca se casa, Pedrosa ha sido subcampeón del mundo de MotoGP™ en tres ocasiones y nunca ha conseguido el ansiado título, a pesar de que figura como el octavo piloto con más victorias de todos los tiempos.
Ya ha demostrado ser uno de los pilotos más rápidos de la era moderna, y también ha comprobado que la suerte no siempre está del lado de los valientes.
En Losail vivimos de nuevo una emocionante batalla de Moto3™ ganada por Alexis Masbou por apenas unos centímetros en la línea de meta.
También la primera victoria de Jonas Folger en una carrera de Moto2™ que tuvo todos los ingredientes de un buen drama, seguida poco después en MotoGP™ por la impresionante victoria 109 de la trayectoria de Valentino Rossi que el propio italiano ha descrito como una de las mejores de su vida.
Para un país que se ha acostumbrado a un imparable éxito en el Campeonato del Mundo, el comienzo de temporada en Qatar será difícil de olvidar.
Por primera vez desde el Gran Premio de China en Shangai hace casi diez años, el talento español no ha estado en ninguno de los nueves escalones del podio.
Incluso tendrías que remontarte a la temporada 2003 para no encontrar ningún español en el podio de la prueba inaugural de la temporada.
Nadie podía predecir que en el podio de Qatar no estuviera por lo menos Marc Márquez, Jorge Lorenzo o Dani Pedrosa.
Comencemos con el Campeón del Mundo en título…
El desafío de conseguir una vigésima victoria en la categoría reina se esfumó por 15 segundos en la carrera. Márquez se veía obligado a salirse de la pista para evitar el choque con la parte trasera de la Monster Yamaha Tech 3 de Bradley Smith al negociar la primera curva.
Hundido en vigésimo quinta y última posición, su ya conocida agresividad le llevó a realizar una remontada con 20 adelantamientos para terminar quinto.
Dar caza a los cuatro primeros pilotos era ya una tarea demasiado complicada, incluso para Márquez. Su impresionante remontada a lo largo de todo el pelotón de carrera le llevó a maltratar sus neumáticos Bridgestone y, habiendo sobrecalentado el trasero, tuvo que renunciar a alcanzar a los primeros cuando estuvo a punto de sufrir una caída a tres vueltas del final. Once puntos por terminar quinto son, con toda seguridad, mejores que nada.
Esa decisión mostraba por primera vez una cara distinta de Márquez. En el pasado, hubiera continuado intentando cogerles sin precaución alguna y la aventura probablemente habría terminado en la grava. Son palabras suyas, no mías.
Márquez tiene ahora una perspectiva más amplia del Campeonato, más allá de un mero momento de gloria. Su manager Emilio Alzamora me contaba durante los test de invierno que la clave para que Márquez consiga un tercer título consecutivo es aceptar que, a veces, un segundo, un tercero o una posición peor, es suficiente.
En Qatar fue algo difícil de aceptar, admitía Márquez, pero al menos limitó los daños por su temprano error.
Si los problemas de Márquez los provocó él mismo, los de Lorenzo arruinaron una posible victoria en extrañas circunstancias.
El piloto de Yamaha parecía cómodo liderando la carrera, cuando de repente comenzaba a perder terreno.
Tras quejarse de sus problemas de agarre trasero durante todo el fin de semana, era fácil asumir que estaba volviendo a pasarlo mal para mantener su ritmo con el neumático trasero degradado.
Pero nadie podía imaginarse a pie de pista o a través de las pantallas de televisión que el verdadero problema era… ¡que no podía ver bien!
Al parecer, una parte del acolchado interior de su casco HJC comenzó a desprenderse, dificultando así su visión.
Con posterioridad las imágenes mostraban claramente cómo de restringida había quedado su visión, por lo que bastante bien lo hizo ya terminando tan cerca de los hombres del podio.
Imagino que a los responsables de Yamaha les llamaría la atención lo que pasó. Esta temporada la marca japonesa conmemora su 60 aniversario y, ¿qué mejor forma de comenzar la temporada de MotoGP que con un doblete de sus pilotos?
El responsable de Yamaha Lin Jarvis comentaba después de la carrera: “Ducati tiene todo mi respeto porque han tirado realmente fuerte, pero el doblete estaba ahí…”
Sin embargo, los males de Lorenzo podrían parecer triviales en comparación con los de su rival de Repsol Honda, Dani Pedrosa.
Un protector interno de un casco se puede reparar, pero conseguir lo mismo con el cuerpo de Pedrosa es algo que todavía está por ver.
Con un brillante segundo puesto en parrilla después de una sólida demostración, era imposible imaginar el tormento de dolor que le acompañaría durante la carrera para terminar en una discreta sexta posición.
En una emotiva declaración después de la carrera el piloto confesaba que los problemas que sufre en los antebrazos y que lleva más de un año intentando solucionar, todavía limitan su rendimiento.
Los problemas crónicos en los brazos asustan a cualquier piloto, y no poco porque no tienen aparente solución.
¿Qué le espera ahora a Pedrosa?
Su presencia en la próxima carrera en Austin perece altamente improbable. El Circuito de las Américas tiene una serie de puntos de frenada brutales y también resulta muy exigente en sus rápidos cambios de dirección que le expondrían de nuevo a los mismos problemas.
Algunos opinan que Pedrosa se tomará un periodo de descanso para intentar recuperarse de un problema que no podría solucionar sometiéndose de nuevo a cirugía.
Sin embargo, ya ha contado con gran parte de los cinco meses del periodo entre temporadas y de nuevo ha tenido el mismo problema. En realidad, este problema ya estaba presente durante los test de pretemporada, pero lo mantuvo en secreto excepto para HRC.
Otro creen que se verá obligado a la retirada, al tiempo que en su propio blog a través de Repsol confesaba esta mañana que tomará esa decisión durante los próximos días.
Esta última entrada del blog se publicaba bajo el titular: “Un Momento Difícil”.
Pedrosa ha sido víctima de las circunstancias a lo largo de los años. Lideraba la clasificación del Campeonato del Mundo de 2008 y 2013 cuando sufrió sendas lesiones. En ambas ocasiones las caídas llegaron en Sachsenring (Alemania) y le dejaron fuera de la lucha por el título.
Otras temporadas también han estado fuertemente condicionadas por las lesiones. En 2011 contaba de nuevo para el título cuando sufrió su desafortunado encuentro con Marco Simoncelli en Le Mans, que se saldó con una nueva fractura en su clavícula izquierda.
Este momento llegó sólo unos meses después de su caída durante la temporada 2010 en Japón, cuando se encasquilló el acelerador de su moto en entrenamientos y también le hacía quedar fuera de las quinielas.
Pedrosa ha demostrado sobradamente durante su trayectoria que puede pilotar con el mayor de los dolores y recuperarse de lesiones que acabarían con la determinación de cualquiera.
Pero ahora debe estar mentalmente afectado, preguntándose si será capaz de pilotar al más alto nivel de nuevo.
Las actuales motos de MotoGP resultan físicamente más exigentes que nunca. Pesan 158 kilos y entregan una potencia de 270 CV. En Qatar, Pedrosa y el resto de los pilotos estaban frenando a 350 km/h para entrar en la primera curva a 95 km/h. Eso es reducir 255 km/h… ¡en menos de 200 metros!
La fuerza física que requiere esta maniobra resulta incomprensible para un simple mortal como yo, pero sí es una prueba de lo exigentes que resultan estas motos para el cuerpo humano.
Pilotar al 99.9% es una misión difícil, pero hacerlo en las condiciones en que lo hizo Pedrosa con sus problemas en el brazo derecho se eleva a la categoría de imposible.
El hecho de que el piloto de Honda terminase sexto la carrera de Qatar es una prueba no sólo de su talento, sino también de su determinación por tener éxito incluso en las circunstancias más adversas. Habría resultado extremadamente cruel para él tener que abandonar.
Desde su segunda temporada en el Campeonato del Mundo en 2013, Pedrosa ha ganado al menos una carrera cada temporada.
Sin embargo, el título de MotoGP™ todavía es una asignatura pendiente para él. Como el padrino de boda que nunca se casa, Pedrosa ha sido subcampeón del mundo de MotoGP™ en tres ocasiones y nunca ha conseguido el ansiado título, a pesar de que figura como el octavo piloto con más victorias de todos los tiempos.
Ya ha demostrado ser uno de los pilotos más rápidos de la era moderna, y también ha comprobado que la suerte no siempre está del lado de los valientes.